lunes, 19 de octubre de 2009

Apocalipsis

Cada uno a su manera, todos aguardaban con temor y recelo.
El estudiante que, ensombrecido por la luz de un flexo, se refugiaba en sus apuntes. Sea una función continua y derivable en equis igual a a, iba repitiendo como un mantra, y entre bis y bis, como si fueran rebanadas de pan de molde, se colaba la mortadela: ya falta poco, muy poco... Su pulso se aceleraba y el único consuelo era el estudio cansino.
La mujer que, en su espera por excelencia, dejaba reposar sus pesadas piernas en el cojincito del sofá, acariciando su redondo destino, preguntándose si finalmente todo ocurriría en la fecha que le habían asegurado, destilando sudor cada vez que se lo planteaba. Sólo veía dolor.
El enfermo que, por el contrario, desconocía la fecha en que por fin llegaría, sólo podía desearlo con todas sus fuerzas, porque cuando sucediera por fin se olvidaría de su sufrimiento.
El profeta que se colgó el cartel y predijo la fecha: el dos mil doce (¿no fue una vez el dos mil?), año en que todo se irá por la borda, al menos tal y como lo conocemos. Algunos, los menos, le hacían caso; los demás preferían vivir el presente. Ya tenían suficiente con sus propias esperas.
Un examen, un hijo, un corazón, el fin del mundo.

5 comentarios:

Toshiyano dijo...

Como siempre, tu prosa resulta tan fluida y romántica como los extravagantes meandros de algún río olvidado.

(Me he permitido improvisar algo como verás... cuando te leo me entran ganas de escribir :)

Me alegra que vuelvas y espero volver a leerte pronto ;)

Un beso.

Rafalillo dijo...

Ha resucitado!!! Con cambio de look y todo.

A ver si no te das más 'vacaciones' de este tipo ;)

Muy bonito el relato por cierto :D

Ada dijo...

Gracias por los comentarios :D

@Toshiyano: uno de los mejores halagos es que te digan que al leerte dan ganas de escribir :)

Ahora, lo de los meandros es un poco cursi...

@Rafalillo: muchas gracias, a ver si no decaigo... El nuevo look fue una revelación, se llama "Ink-Stain" y me pareció más que apropiado jejeje.

Seth Fortuyn dijo...

Me alegro de que hayas vuelto. Me ha gustado esta pequeña pieza, y esa fluidez de la que nos hemos dado cuenta todos.

Espero con ganas nuevas entregas ;)

Respecto a los mayas, bueh. Es que no sabían contar más allá de 2012.

Ada dijo...

Hola Seth :)

Muchas gracias, a ver si saco más tiempo porque ahora estoy muy liada con el proyecto de fin de carrera...

Te debo un correo comentando los libros del concurso. Me he podido leer el de Fredric Brown: todo un descubrimiento. No lo conocía y la verdad es que me ha impresionado :)

Saludos